HACIENDA SAN MIGUEL, YUCATÁN

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La hacienda San Miguel, ubicada a ocho kilómetros de Valladolid -sobre la carretera a Dzitás- combina las actividades agropecuarias propias de un rancho en producción con los servicios de un parque ecoturístico, de modo que hoy día es un atractivo más en el oriente de Yucatán.

Lo que caracteriza a esta hacienda es que no abandonó su vocación por la actividad turística.

Para llegar a San Miguel desde Valladolid hay que salir por la carretera a Dzitás e Izamal, que durante mucho tiempo se conoció como «Camino Real»; a la altura del kilómetro 8 se encuentra un acceso para vehículos donde el vaquero encargado Armín Lizama o el administrador Carlos Méndez Irabién dan la bienvenida a los visitantes, asignan alguna cabaña de las que se rentan o informan y conducen hacia alguno o varios de los servicios que se prestan en el lugar.

El rancho cuenta con caballerizas al frente y un andador techado que conduce hacia el casco principal, que tiene en ambos lados sendos corrales con toros sementales.

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La hacienda dispone de 160 hectáreas, pero únicamente 14 se han incorporado al proyecto turístico. En una superficie de 100 hectáreas ubicadas frente a la carretera ya se abrieron brechas, para que pueda pasearse a caballo con la guía de personal del rancho.

El casco de la hacienda San Miguel, que hasta hace unos años estaba prácticamente en el abandono, data del siglo pasado; se levantó sobre una estructura anterior que se había deteriorado o fue demolida.

Entre otros pasajes históricos, la hacienda fue testigo de la insurrección de Valladolid de 1910, cuando, después de suspendidas las comunicaciones de la Sultana de Oriente con la capital del Estado, se utilizó el teléfono que había en el rancho para establecer contacto entre vallisoletanos y meridanos. También lo menciona en una de sus memorias D. José Inés Novelo, quien habla de la hacienda San Miguel en su paso por el Camino Real hacia Mérida, cuando salió de Valladolid para ir a estudiar.

La hacienda fue henequenera hasta hace 50 años y en 1979, posteriormente se le dio el giro hacia rancho ganadero y apícola. La heredad cuenta con una capilla dedicada a San Miguel, a la que se llega por un camino bordeado de ceibas con una glorieta al centro, donde, según se cuenta, muchos años atrás se reunían los domingos los esclavos o empleados que acudían a misa. Estas personas vivían en los confines de la hacienda, donde aún hay vestigios de las albarradas y de las construcciones que fueron sus casas.

En el interior del templo hay varias imágenes sacras, entre ellas una antigua de San Miguel Arcángel. La rescató el actual propietario de una bodega donde empleados del rancho la habían guardado para protegerla.

Para los huéspedes cuenta con ocho cabañas de techo de paja totalmente independientes, con arquitectura campestre, servicio de baño completo de lujo y dormitorio con dos camas matrimoniales, así como una pequeña estancia y un corredor desde donde se puede apreciar la naturaleza.

También cuenta con dos suites con corredores y recámaras más amplias, vista al campo, servicio de cocina y comedor amplios. Hay una ciclopista de 1.2 km que puede recorrerse a pie, en bicicleta o a caballo, como otro de los atractivos del centro turístico.

Durante el recorrido se puede observar las áreas productivas: una huerta con cítricos, la milpa trabajada por los empleados de la hacienda para su propio beneficio, así como los potreros.

Los turistas que así lo deseen pueden participar en las actividades del rancho como arriar a los toros a caballo, para lo cual son guiados por los vaqueros del lugar.

Entre el casco principal y la capilla hay un espacio con alberca y bar, así como una palapa con hamacas para descansar.

Durante el recorrido se puede observar, debido a la excelente conservación de la naturaleza, una vegetación abundante propia de la región y con carteles en los que se señala el nombre en maya, en español y el científico; hay varias especies animales, por ejemplo loros que en parvadas pasan volando cerca de los visitantes.

Entre la vegetación se pueden encontrar plantas de henequén, cactáceas, sisalana, malanga, mariposas, begonias y sábila, así como cedros, ceibas y otros; además, hay un espacio reservado con lago artificial donde se crían patos yucatecos.

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