WAANTUL, EL TORO

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La segunda manera como puede aparecerse Waantul es quizá más pavorosa, pues en su forma animal no se comunica con los humanos, solo trata de matarlos por sus propios medios.

Se dice que en 1902 una hacendado instruyo a sus caporal a traer el mejor toro para sacrificar en honor a sus comensales.

El caporal salió para cumplir la orden y casi a la anochecer se encontró con un toro negro de especial porte y gran tamaño. Cuando ya estaba a una buena distancia le tiró el lazo pero el animal le esquivó e inició una calmada huida.

Esto sucedió varias veces sin darse cuenta que el animal lo conducía por una ruta definida mientras el fallaba en sus intentos por lazarlo, hasta que por fin lo logro; pero a partir de ese momento la poderosa bestia jaló a su perseguidor en una breve pero veloz carrera hacia Chuyen, Balam, una peligrosa gruta vertical.

Cuando se dio cuenta de su situación ya era demasiado tarde, cayo así en la trampa del maligno. Al pasar dos días de su desaparición empezó su búsqueda, nadie supo de él. Descubrieron en una sola dirección las huellas del toro y las de un caballo, entonces dedujeron que si las piezas de ganado estaban completas, aquel toro cuyas huellas aparecían allí era Waantul que se había llevado al obediente caporal con todo y caballo.

Fuente: Sergio Grosjean Abimerhi, autor de El Gran Libro de Yucatán.

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