Los relatos de este ser siempre inician con el comentario que alude a un hombre extraordinariamente hábil para las labores propias de la ganadería. Como complemento a esta situación se dice que dicho hombre, cuyo nombre cambia según el lugar, posee una apariencia muy varonil y es de complexión recia.
Es aficionado al licor habanero y gusta de fumar cigarro hechos con la cascara de la mazorca del maíz. Para realizar sus proezas, que nadie es capaz de imitar, espera hasta media noche y antes del amanecer retorna con la misión cumplida.
Fuente: Sergio Grosjean Abimerhi, autor de El Gran Libro de Yucatán