Cuando se menciona a el Sinsimito, se le describe con una apariencia casi humana, pero en estado de salvajismo.
Se cuenta que es agresivo con los hombres, rapta a las mujeres y come a los niños. También dicen que roba piezas de ganado, toma los frutos y otros productos agrícolas en tiempo de cosechas. Su cuerpo no tiene coyunturas y sus pies están al revés, con los dedos hacia atrás y el talón al frente.
Analizando los contenidos de los relatos anteriores, el temido hombre salvaje exhibe una conducta que parece transgredir las normas que permiten la armonía en el marco de la convivencia humana.
Su presencia es inquietante para las comunidades cercanas de donde vive. Por lo general su guarida son las cuevas en los montes aledaños a los poblados. Cuando sale de su escondite es visto por los campesinos que van a sus milpas, de cacería o a leñar.
Fuente: Sergio Grosjean Abimerhi, autor de El Gran Libro de Yucatán.