HACIENDA SAN IGNACIO, PROGRESO

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La hacienda San Ignacio pertenece al municipio de Progreso. Se encuentra ubicada aproximadamente a 21 kilómetros de la ciudad de Mérida, con la que se comunica por medio de la carretera Mérida – Progreso, que a su vez entronca con una carretera angosta de un kilómetro hasta la hacienda.

El primer propietario fue el señor Alonso Regil Peón quien construyó la hacienda henequenera entre los años 1860 – 1870. Posteriormente la vendió al propietario de la hacienda contigua, Tamanché, el señor Antonio Bolio, quien la heredó a su hijo Gustavo Bolio; éste después de la revolución de 1910, la vendió a sus propietarios en los últimos años, la señora Lidia Noemí Novelo y sus herederos.

Los tres edificios principales que delimitan el área central abierta son la casa principal, la casa de máquinas y la iglesia.

La casa principal reproduce el esquema típico de la hacienda colonial de líneas sencillas, corredor porticado con arcos de medio punto y una cornisa con un elemento central que remata en el punto superior la fachada principal. Esta casa de máquinas presenta una variante de tipo 2, ya que el edificio está resuelto con un gran volumen rectangular, al que le sobresale la techumbre de madera y lámina que abarca todo el edificio, conformando un fuerte parámetro de la plaza al que se alinea.

Dentro de este volumen simétrico se distinguen tres secciones correspondiendo la central, al tren de raspa, que se señala con una serie de siete vanos rectangulares cuyo dintel es un arco de medio punto en planta alta.

El tren de raspa se sitúa en forma paralela al eje longitudinal del edificio, dejando un espacio a doble altura en un extremo de este cuerpo para el paso de plataformas y depósito de pencas ligado al tren de raspa.

Los espacios destinados a la sala de máquinas, prensa y bodegas presentan un tratamiento de vanos rectangulares en planta baja, correspondiendo a cada vano en la parte superior, pequeños vanos circulares que permiten el paso de la ventilación cruzada.

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