Barrio de San Cristóbal

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Junto con la Ermita de Santa Isabel, el Barrio de Santiago, Barrio de Santa Ana, el Barrio de San Sebastián, el Barrio de San Juan y el Barrio de la Mejorada, marcaba los límites de la Mérida destinada a la población de blancos o seleccionada por los blancos durante la época colonial.

En la actualidad el barrio de San Cristóbal es uno de los más representativos de la ciudad al ser su tradicional parroquia sede de los festejos a la Virgen de Guadalupe.

Es el barrio más grande en dimensiones y el más habitado del Centro Histórico, lo que lo dota de una gran vitalidad comunitaria que se manifiesta durante los festejos anuales religiosos, que congregan a prácticamente a toda su población y que inciden en el resto de la capital yucateca.

HISTORIA:

San Cristóbal fue en sus orígenes poblado por blancos y por mexicanos o tlaxcaltecas, traídos como apoyo a la conquista de Francisco de Montejo y después, conforme se fue desarrollando la población, por criollos. Estos indios a quienes se destinó originalmente el barrio gozaban de ciertas prerrogativas por su participación en la conquista, como la de no pagar tributos. Tal derecho les fue quitado, sin embargo, al poco tiempo por el gobernador Diego Quijada y aunque ellos protestaron no lograron recuperar la canonjía.

A cinco cuadras de la Plaza Principal, sobre uno de los cerros que había en T’Hó, en donde se había instalado el barrio de San Cristóbal, fue establecido poco tiempo después de culminada la conquista, un gran convento de la orden de San Francisco. Este sitio había sido seleccionado por el fundador de Mérida, Francisco de Montejo, el mozo, para construir un fuerte que defendiera a la ciudad de posibles ataques de los indígenas mayas. Más tarde en, 1669, en la administración del gobernador Rodrigo Flores de Aldana, los españoles llevaron al cabo el proyecto de Montejo y construyeronn el fuerte de San Benito encerrando en sus gruesos muros al convento grande de los franciscanos.

Al principio, se establecieron tres puertas, una de ellas para los militares, otra para los clérigos y una más para la administración de la parroquia, pero al poco tiempo los militares aduciendo motivos de seguridad tapiaron dos de las puertas forzando la entrada de todos por la única puerta que quedó en uso. La misma puerta tuvieron que usar los habitantes del barrio y los indios que pertenecían a la parroquia de San Cristóbal. Tal situación prevaleció hasta muy entrado el siglo XVIII.​

Hacia fines de la época colonial en los albores del siglo XIX, ya se habían asentado en el barrio muchos criollos y a finales del siglo, un buen porcentaje de la sirio-libanesa que se dio en la Península de Yucatán, encontró ahí lugar adecuado para establecer su vivienda y sus negocios. A principios del siglo XX, ya bajo el gobierno de Olegario Molina Solís, las calles del barrio fueron adoquinadas y se acondicionó el parque con bancas y jardinería, siendo formalmente inaugurado para el centenario de la independencia de México el 5 de mayo de 1910.

Iglesia de San Cristobal:

La iglesia actual (Santuario Guadalupano), que se ubica en la calle 50, esquina con la 69, es uno de los atractivos del barrio y del Centro Histórico de Mérida.

La parroquia fue construida en el último tercio del siglo XVIII, interviniendo en su construcción los Obispos Ignacio de Padilla y Estrada y Fr. Luis de Piña y Mazo.

Don Gonzalo Cámara Zavala, en su libro “Catálogo Histórico de Mérida”, menciona que una de las características de esta parroquia es su gran concha que corona la portada central, la cual es única en las iglesias de Mérida y le da un bello aspecto.

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