Dzibilchaltún significa en lengua maya «Lugar donde hay escritura en las piedras», en alusión a las numerosas lápidas conmemorativas encontradas en el sitio, llamadas también estelas. Según los expertos, hubo asentamientos desde el año 500 a.C., es posible que desde antes, y perduró hasta la conquista de los españoles alrededor del año 1540 d.C.
Aparte de las estelas, en donde sobresale la número 19, que es considerada una obra maestra del arte escultórico maya, destaca la «mampostería verdadera», es decir, piedras unidas con argamasa y cuñas, así como las bóvedas construidas con el sistema de piedras saledizas.
El edificio más sobresaliente de esta zona es El Templo de las Siete Muñecas o Templo del Sol, que es una subestructura cuadrangular de lo que alguna vez fue un templo monumental, y llamado así por una ofrenda que se encontró en su interior de siete figuras de barro con forma humana.
El fenómeno arqueo-astronómico del equinoccio ocurre en Dzibilchaltún, los días 21 de marzo y 21 de septiembre, al amanecer, cuando la puerta del Templo de las Siete Muñecas se ilumina con el resplandor del Sol que aparece en el horizonte y, en un momento dado, el disco celeste queda al centro de la puerta y crea un espectáculo de luz y sombra en la fachada poniente.