Kakasbal o k’aak’as ba’al (ka=dos veces, káas= malo, maldito, baal= escondido) es un ser de naturaleza demoníaca perteneciente a la mitología maya.
Se le describe como una criatura de prodigiosa estatura, hirsutos pelos nacen en todo su cuerpo el cual está deforme y el verlo provoca gran repugnancia, posee muchos pies, y muchos brazos, garras de cuervo y por todo el cuerpo le cuelgan testículos parecidos a los de un mono, su cuerpo tiene órganos de animales variados y lo peor son sus ojos, se dice que quienes logran verlos directamente caen muertos en el acto.
Pero esta solo es una sombra normalmente ya que nadie que él no quiera puede verlo, al menos así es el dicho, su movimiento no es normal, no camina solo se desplaza, si se manifiesta deja arboles destrozados en su camino y animales muertos. Su voz es grave, como si fuera un sonido gutural y monocorde.
Se decía que Kakasbal confundía a las personas al hablarles, pues quienes lo escuchaban pensaban que su voz interna era quien se dirigía a ellos, siendo en realidad Kakasbal el que buscaba la ruina, el sufrimiento, y la separación de la unidad. Esta voz hacia que los hombres se volvieran malos, violentos, codiciosos, ambiciosos y finalmente imposibles de satisfacer. Su único propósito en la tierra era ensombrecer los corazones de los mortales.
Se dice que pocos eran quienes se daban cuenta del peligro y salían victoriosos, pues cuando alguien se daba cuenta que una sombra extraña era la que hacía que el mal pasara moría sin razón aparente.
Se dice que algunas veces se ha alimentado de carne humana, devorando hombres y bebiendo sangre de los niños, todo en el es mortífero desde su presencia hasta su aliento, venenoso que intoxica a las plantas, convirtiendo en polvo cosechas enteras, trayendo la peste y la desolación.
El único momento en que este ser maligno muestra cierta sarcástica inteligencia en medio de su desquiciada personalidad es cuando Kakasbal ha devorado toda la carne de su víctima, va directamente entre las sombras a la casa de la víctima y en su puerta deja como constancia de su crueldad los huesos que eran de la víctima para el horror de sus familiares.
Para esto les compartimos la leyenda más conocida de dicho demonio:
Leyenda del perro y Kakasbal
Un hombre era tan pobre que siempre estaba de mal humor y así no perdía la ocasión de maltratar a un infeliz perro que tenía. Kakasbal que está en todo, vio que podía sacar partido de la inquina que seguramente el perro sentía contra su amo y así se le apareció y le dijo:
- Ven acá y dime que te pasa, pues te veo triste
- Cómo no he de estarlo si mi amo me pega cada vez que quiere – respondió el perro.
- Yo sé que es de malos sentimientos, ¿Por qué no lo abandonas?
- Es mi amo y debo serle fiel.
- Yo podría ayudarte a escapar.
- Por nada lo dejaré.
- Nunca agradecerá tu fidelidad.
- No importa, le seré fiel.
Pero tanto insistió Kakasbal que el perro, por quitárselo de encima, le dijo:
- Creo que me has convencido, ¿dime que debo hacer?
Y Kakasbal se puso a contar los pelos del perro; pero cuando sus dedos llegaban a la cola, éste se acordó de la fidelidad que le debía a su amo y pegó un salto y la cuenta se perdió.
- ¿Por qué te mueves? Le preguntó Kakasbal.
- No puedo con las pulgas que me comen día y noche. Vuelve a empezar.
Cien veces Kakasbal empezó la cuenta y cien veces tuvo que interrumpirla porque el perro saltaba. Al fin, Kakasbal dijo:
- No cuento más. Me has engañado; pero me has dado una gran lección. Ahora sé que es más fácil comprar el alma de un hombre que el alma de un perro.”