Esta es la leyenda de la flor de mayo, aquella blanca y hermosa flor, se cuenta que hubo una vez un hombre maya que todos los días contemplaba enamorado a las estrellas, más que nada las de la constelación de la Cruz del Sur.
Se encontraba casado con una linda mujer, pero no podían tener hijos y eso lo deprimía demasiado.
Por eso, pedían fervientemente a los dioses que le concedieran la dicha de tener una hija tan hermosa como las estrellas que reverenciaban.
Y los dioses, al escuchar tan intensos ruegos, decidieron cumplirles el deseo.
Ocurrió que su mujer quedó embarazada y en el mes de mayo dio a luz a una niña muy hermosa, pero su piel no era oscura como la de los mayas, sino más bien pálida como luz de luna.
Y eso era así porque los dioses habían dispuesto que naciera una estrella de la mujer de aquel hombre. Pero la niña era delicada como una flor y su piel era blanca color de cera.
Por eso la llamaron Sac Nicté, que en maya significa flor blanca.
Y todas las noches la niña miraba con locura a la Cruz del Sur, recordando con tristeza cuando era una estrella. Al crecer, la salud de Sac Nicté fue empeorando.
Todos los días era más débil y su piel se volvía más blanca, sus angustiados padres pidieron la participación de los chamanes de la región, quienes la examinaron y le brindaron todo tipo de pócimas.
Pero todos sus esfuerzos y conjuros fueron en vano frente a esa extraña enfermedad. Hasta insinuaron que era intención de los dioses que Sac Nicté regresara al cielo, de donde había venido para complacer el deseo del padre.
Era el mes de mayo cuando la niña Sac Nicté murió, en el mismo mes en que los campos se visten de flores y se prende en el cielo nocturno la Cruz del Sur.
El hombre maya se encontraba desconsolado, pero una noche soñó que su hijita le decía:−Padre, no llores más, ya que en este momento estoy bien. He regresado al cielo, al costado de mis hermanas, las estrellas, pero cada mayo mi alma va a volver a la tierra transformada en flor.
Y el sueño del indígena se cumplió, ya que al año siguiente, cuando reapareció la Cruz del Sur, sobre la tumba de su hija brotó un árbol que cada mayo le brotan flores blancas y bellas como las estrellas, por lo cual se conoce con el nombre de la Flor de Mayo.