El tallado en piedra es una de las expresiones artesanales más antiguas y representativas de Yucatán. Este arte consiste en dar forma a la piedra, elemento abundante y simbólico del paisaje peninsular, utilizando herramientas como cinceles, martillos y pulidores. A través de este proceso, se eliminan los sobrantes de material hasta lograr la figura deseada.
Las piezas elaboradas abarcan una gran variedad de usos y significados. Se producen desde objetos domésticos e instrumentos de labranza, hasta collares, esculturas de deidades y elementos decorativos o estructurales que forman parte de templos y palacios.
Hoy en día, el tallado en piedra sigue vivo en varios pueblos yucatecos como Dzityá, Muna, Tixhualahtún, Halachó y Kankab, donde los artesanos continúan transmitiendo el conocimiento de generación en generación.
Entre las piedras más utilizadas para esta labor se encuentran la piedra caliza, la conchuela, la piedra rosa y la cantera, todas extraídas de la misma tierra maya que ha alimentado esta tradición por siglos.
Este arte no solo representa una habilidad técnica, sino también una forma de conservar la identidad cultural del pueblo yucateco a través del tiempo.