Ubicado al sur del estado, Ticul es un municipio yucateco que, aunque suele pasar desapercibido por muchos turistas, esconde una riqueza cultural y artesanal única. Conocido como “La Perla del Sur”, este pintoresco pueblo destaca por su herencia maya viva y por ser uno de los centros más importantes de producción de calzado y cerámica de la región.
Desde hace generaciones, los ticuleños se han dedicado con pasión a la elaboración de calzado artesanal. Las sandalias, conocidas localmente como “huaraches”, así como zapatos de cuero y otros estilos, son hechos a mano con técnicas tradicionales que han sido transmitidas de padres a hijos. Cada par representa no solo calidad y durabilidad, sino también identidad local.
Además del calzado, Ticul también es célebre por su cerámica. Los talleres artesanales ofrecen una amplia variedad de piezas, como jarrones, cazuelas, figuras decorativas, macetas y vajillas, todas modeladas y pintadas a mano. Lo distintivo de estas obras es su estilo maya contemporáneo, que mezcla símbolos ancestrales con diseños modernos, ideales tanto para uso cotidiano como decoración.
Una caminata por sus calles revela decenas de talleres abiertos al público, donde los visitantes pueden observar el proceso de fabricación, platicar con los artesanos y, por supuesto, adquirir piezas únicas. Este tipo de turismo vivencial fortalece la economía local y conecta al viajero con la tradición viva del estado.
Ticul también es hogar de monumentos y edificios históricos como la parroquia de San Antonio de Padua, un templo del siglo XVII que es el centro de la vida religiosa y cultural del pueblo. Las festividades patronales, celebradas en junio, reúnen danzas tradicionales, vaquerías, procesiones y ferias que muestran el folclor yucateco en su máxima expresión.
Además, su cercanía con zonas arqueológicas como Oxkintok y con la Ruta Puuc convierte a Ticul en un excelente punto base para explorar el sur del estado. A tan solo unos minutos, se pueden visitar maravillas como Uxmal, Kabah o la gruta de Loltún.
En los últimos años, Ticul ha ganado notoriedad gracias a las redes sociales, donde se promueve el comercio justo y la riqueza artesanal. Muchas emprendedoras han modernizado la venta de calzado, implementando envíos nacionales e incluso internacionales.
Si bien el turismo aún no ha explotado al nivel de otros pueblos mágicos, el encanto de Ticul reside justamente en su autenticidad. Es un destino ideal para quienes buscan experiencias genuinas, artesanía con historia y la calidez de una comunidad orgullosa de su herencia.