La gastronomía yucateca es rica en sabores y tradiciones, y dentro de sus postres destaca el dulce seco de pepita y de cacahuate, una delicia que combina ingredientes autóctonos con una técnica artesanal transmitida por generaciones.
Este dulce, también conocido como mazapán yucateco, se elabora a base de semillas de calabaza (pepita) o cacahuate molido, mezclados con azúcar y, en algunos casos, con miel. Su consistencia es compacta y ligeramente arenosa, deshaciéndose en la boca con un sabor dulce y tostado.
Orígenes y Tradición
El dulce seco de pepita tiene raíces mayas, ya que las semillas de calabaza eran ampliamente utilizadas en la alimentación prehispánica. Con la llegada de los españoles y el mestizaje culinario, la receta evolucionó incorporando azúcar y nuevas técnicas de preparación.
Su versión de cacahuate se popularizó posteriormente, debido a la abundancia de este ingrediente en la región y su similitud con la pepita en cuanto a sabor y textura.
Elaboración Artesanal
La preparación de este dulce es sencilla pero requiere precisión:
1. Tostado de semillas: La pepita o el cacahuate se tuestan ligeramente para realzar su sabor.
2. Molienda: Se muelen hasta obtener una pasta fina.
3. Mezclado: Se combinan con azúcar o miel, formando una masa compacta.
4. Moldeado y secado: La mezcla se coloca en pequeños moldes o se corta en figuras rectangulares y se deja secar hasta que adquiera su textura firme.
Un Postre Versátil
Este dulce es perfecto para acompañar con café o chocolate caliente. Además, es común encontrarlo en mercados tradicionales y ferias, donde se vende envuelto en papel encerado o celofán.