Miranda Heredia
Punta Laguna, un paraíso escondido en el corazón de Yucatán, es un destino que combina la belleza natural con la riqueza cultural de la región. Ubicado a aproximadamente dos horas de Mérida y a solo 20 minutos de las famosas ruinas de Cobá, este lugar es ideal para quienes buscan una experiencia auténtica y envolvente en la naturaleza.
Punta Laguna forma parte de la Reserva de la Biosfera de Otoch Ma’ax Yetel Kooh, un área protegida que alberga una increíble biodiversidad, incluyendo una de las poblaciones más grandes de monos araña y monos aulladores en la península. Estos primates, que se mueven con agilidad entre los árboles, son los principales protagonistas de este santuario. Los visitantes pueden embarcarse en recorridos guiados por la selva para observar a estos fascinantes animales en su hábitat natural, mientras aprenden sobre la ecología y la conservación de la zona.
El nombre «Punta Laguna» proviene de la hermosa laguna que se encuentra en el centro de la reserva. Este cuerpo de agua es un lugar perfecto para realizar actividades como kayak y natación, o simplemente para disfrutar de la serenidad del entorno. Al amanecer o al atardecer, la laguna se convierte en un espejo que refleja el cielo y la selva circundante, creando una atmósfera mágica que conecta profundamente con la naturaleza.
Además de su riqueza natural, Punta Laguna es un sitio de gran importancia cultural. Los guías locales, que son descendientes directos de los mayas, comparten con los visitantes rituales ancestrales y leyendas que han sido transmitidas de generación en generación. Aquí, se pueden realizar ceremonias mayas tradicionales y explorar los vestigios arqueológicos ocultos en la selva, que ofrecen un vistazo a la antigua civilización que una vez habitó esta región.
Punta Laguna es un destino que ofrece mucho más que turismo; es una invitación a conectar con la naturaleza y la cultura maya en su forma más pura. Con sus paisajes vírgenes, su rica fauna y su profunda herencia cultural, este rincón de Yucatán es un lugar donde el tiempo parece detenerse, permitiendo a los visitantes sumergirse en una experiencia verdaderamente inolvidable.