Por Miranda Heredia
En la costa norte de Yucatán se encuentra un tesoro natural que fascina a todos los que lo visitan: Río Lagartos. Este pequeño pueblo pesquero es la puerta de entrada a una de las reservas naturales más impresionantes de México, el Parque Natural Ría Lagartos, un lugar donde la biodiversidad y los paisajes espectaculares se entrelazan en perfecta armonía.
Río Lagartos es conocido por sus vastos manglares, lagunas y playas vírgenes, que albergan una asombrosa variedad de fauna, siendo el flamenco rosado su residente más famoso. Estos elegantes pájaros migratorios llegan en grandes números, pintando el horizonte de un vibrante color rosa que contrasta con el azul del cielo y el verde de los manglares. Los mejores momentos para avistarlos son durante los meses de verano, cuando la colonia alcanza su mayor tamaño.
Además de los flamencos, el parque es hogar de más de 395 especies de aves, cocodrilos, tortugas marinas y otros animales que se pueden observar en un recorrido en lancha por la ría. Este tour es una experiencia única que te lleva a través de canales serpenteantes, rodeados de frondosos manglares, y te permite adentrarte en el corazón de este ecosistema.
Pero Río Lagartos no es solo un paraíso para los amantes de la naturaleza. Sus tranquilas playas y la cercanía a Las Coloradas, con sus famosas lagunas rosadas, lo convierten en un destino ideal para aquellos que buscan relajarse y disfrutar de la belleza natural de Yucatán. Además, el pueblo ofrece una auténtica experiencia yucateca, con restaurantes que sirven pescado y mariscos frescos, y una hospitalidad que refleja el carácter cálido y acogedor de su gente.
Ya sea para observar la vida silvestre, explorar los manglares, o simplemente relajarte en un entorno natural incomparable, Río Lagartos es un destino imperdible para quienes visitan Yucatán. Este santuario natural te invita a desconectarte del mundo y sumergirte en la magia de sus paisajes.