Desde la época prehispánica, los materiales de origen marino estuvieron presentes en la cultura maya, sobre todo en los pueblos más cercanos a las costas.
Conchas y caracoles de moluscos se usaron para elaborar objetos de adorno, rituales y de uso cotidiano. Se confeccionaban collares, pulseras, orejeras, pectorales e instrumentos musicales como las conocidas trompetas caracol.
Con la madre-perla, llamada también concha de nácar, confeccionan botones, pastas para devocionarios, cuentas de rosarios, aretes y otros artísticos objetos.
Con unos pequeños caracoles de forma oval se fabrican rosarios, utilizándolos como cuentas, engarzados en filigrana, así como aretes y adornos para alhajeros.