Se encuentra sobre la carretera Acanceh – Cuzamá a sólo 16 kilómetros del primero.
Eknakán significa «la casa oscura de la culebra» o bien «las cuatro casas oscuras». Fue una importante hacienda erigida con el propósito de que algún día fuera la iglesia del pueblo y no sólo de la heredad.
El templo es de arquitectura gótica, según los conocedores; clásica de Alemania. Es considerado un museo. Tiene numerosos ventanales, algunos circulares donde pueden admirarse los restos vitrales multicolores que permitían una iluminación sorprendente.
El coro del templo, es un balcón de mampostería con columnas en color blanco que forman parte de la majestuosidad del edificio.
En el altar mayor de madera tallado, con ornamento igual al de las columnas interiores del templo, hay escalinatas de granito. A un lado, en una capilla, luce una mesa tallada, una imagen de San Francisco con manos, pies y costado con las huellas de crucifixión de Jesucristo.
Estas imágenes coloniales toscas de llamativos colores y a veces de facciones exageradamente destacadas, a los pies de San Francisco hay un caballo de madera que se desconoce quien pudo haberlo llevado.
Un cuadro al óleo quizás de un metro cincuenta por dos que representa a la Virgen del Rosario y cuya firma está oculta por un marco de madera tallado con relieve.
Otras cosas que componen el llamado museo, son campanillas de cobre antiguas, una palangana de fina loza ornamentada que hace las veces de pila bautismal, un armario donde se protegen las vestimentas sacerdotales ya en desuso y tres cofres de madera.