La hacienda Poxilá pertenece al municipio de Umán, y se encuentra a 9 kilómetros aproximadamente al sur de su cabecera municipal, se accede a ella por la carretera Mérida-Campeche, antiguo Camino Real.
Aún cuando Poxilá presenta claros antecedentes de la época de la hacienda ganadero, maicera, sus fundadores en el período henequenero fueron los integrantes de la familia Lara. Posteriormente, la finca pasó a ser propiedad de la familia Pasos Peniche y el último propietario del que tenemos noticia, es el señor Julio Laviada Cirerol.
En el conjunto, el poblado y los edificios principales están claramente deslindados en Poxilá; excepto la capilla, que se integra al caserío, los edificios principales como la casa principal, la casa de máquinas con bodegas, la pagaduría y casa del encargado, se organizan en el interior de un terreno delimitado por un muro, con una plazoleta y su arco de acceso donde es posible reconocer el original corral principal de la hacienda ganadera, comunicado con otros corrales que continuaron cubriendo la misma función durante el período henequenero.
La casa principal, originalmente colonial, registra ampliaciones en el período henequenero, sin embargo, es un buen ejemplo de integración de dos épocas en donde espacio, tecnología y forma, armonizan para producir un excelente resultado.
En su imagen permanecen elementos propios de la hacienda colonial como son: sencillez en su volumetría y decoración, el desplante de la casa y su escalinata de acceso a la construcción del corredor frontal y la integración de la capilla (privada cuando edificaron la pública) a esta vivienda.
Del período henequenero destaca el uso de nuevos materiales como la teja marsellesa en techumbres inclinadas soportadas sobre una estructura de madera, proporcionando una imagen novedosa y simultáneamente conservadora de su tradición.
La casa de máquinas, como la anterior, los edificios para la producción conformados por la casa de máquinas y la bodega, mantienen una adecuación técnico-constructiva en donde la tradición y modernidad se integran. Sobre muros pétreos, y arcadas de medio punto, se deposita la techumbre inclinada de lámina metálica con su estructura de madera, que cubre toda el área del desfibrado del henequén, y el cobertizo del elevador, por donde accedía la penca hacia su transformación, este último espacio en particular, por su forma y estructura, es sin duda el que da continuidad formal y espacial entre la casa principal y la de máquinas.